Existen multitud de testimonios de todo tipo que nos hablan respecto a la habilidad cultivada por los antiguos canarios en el lanzamiento de piedras. Del mismo modo que con los palos, esta práctica está ligada en su origen al pastoreo y aparece utilizada con técnicas y formas distintas, y en los contextos más diversos.En el mundo del trabajo, la piedra es un instrumento en manos del pastor para cortar el camino al ganado que se aleja... En situaciones de enfrentamiento real, es un arma de ataque muy efectiva... En situación de enfrentamiento regulado ante público, intentando demostrar quién es el mejor, tal como hacían los Indígenas en el Beñesmen. Tratando de pasar el rato, en forma de juegos infantiles o incluso como espectáculo y modo de ganarse la vida, tal como refieren algunas crónicas en relación a determinados aborígenes.
En la medida en que el pastoreo y la cultura tradicional propia del mundo rural fueron perdiendo vigencia, también la mayoría de estas prácticas han ido perdiendo la presencia que tuvieron.
Pero, en los últimos años, y vinculado al proceso de recuperación de otras modalidades de juegos y deportes autóctonos, hay colectivos que han mostrado interés en retornarlas, practicarlas y difundirlas como parte que son del patrimonio cultural canario.
Abordaremos, a continuación, las dos formas más significativas de practicar el lanzamiento de piedras, de las que se tienen noticias:
Lanzamientos con la mano.
Lanzamientos con honda.
El uso de la piedra está generalizado entre los pastores de todas las islas que las tiran al ganado, aunque no para darle sino para desviarlo, teniéndolo controlado, siendo fundamental la puntería para no causarle daño. En otros casos sí se tira a dar, por ejemplo, a un perro que trate de atacar al ganado o a personas en casos de ataques también.
La manera habitual de lanzar el pastor, visto en Gran Canaria, Fuerteventura o La Palma, Gomera, etc., es muy parecida, aunque varíe la colocación en la mano de acuerdo con la forma de la piedra. Si es algo redonda y grande se pone en toda la palma de la mano, con ésta hacia el frente y arriba. Si es más pequeña, plana y circular, entonces se sujeta entre el dedo índice y el pulgar, formando con el resto de los dedos y la palma de la mano una especie de cazoleta para afirmar bien la piedra.
Cualquiera que sea la forma de agarrar la piedra, el sistema luego de lanzarla es similar:
se lleva el brazo estirado hacia atrás del cuerpo, extendiéndolo hacia abajo y haciendo un movimiento semicircular de delante hacia atrás primero y, seguidamente, se realiza otro en sentido inverso, de atrás hacia delante, encogiendo entonces el brazo y soltando la piedra en movimiento parecido al de la honda, quedando la mano según lo que se
pretenda con el tiro, lanzamiento y dirección de la piedra. Un detalle observado en algunos casos es que el tirador, al pasar la mano cerca del muslo, suelen darle como un toque sobre el mismo para continuar con el movimiento hacia delante; otros lo hacen directamente.
Tres formas de competir:
Cardona Sosa cita a unos pastores de la isla de Fuerteventura, que relataron en Pozo Negro que no sólo era una afición que de vez en cuando salía a relucir, sino que aún se recuerda y esporádicamente se practica, existiendo tres tipos de competencia o tres objetivos en el lanzamiento:
1º-. Lanzar la piedra para enviarla lo más lejos posible. Se diría que es la más elemental pues sólo es necesario tener fuerza y maña en el movimiento.
2º-.Lanzar la piedra hacia arriba, en sentido vertical cobrando la altura necesaria para remontar un punto previamente señalado, sea un risco o una palmera, rebasándola sin darle, limpiamente.
3º-. Lanzar la piedra para darle a algo, por lo que se ha de tener más destreza al aunar fuerzas para alcanzar la distancia que se marque y habilidad o, simplemente, puntería jara darle al objeto que se haya indicado.
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